vendredi 18 janvier 2013

Lima de ayer y hoy



Hace cien años Ismael Portal en su Lima de ayer y hoy evocaba lo que todos los nostálgicos hacemos: el cambio de costumbres, la pérdida de tradiciones, las fiestas pasadas de moda, la muerte de nuestros poetas, el aumento de las distancias.
Hace cien años, al final del mismo libro, el autor, resignado, nos dejaba una pregunta: "¿Y es acaso, hoy, nuestra amada ciudad lo que debía ser, lo que le corresponde y tiene derecho de ser por su riqueza y grandeza de todos los tiempos?".
No, respondía, como hoy nosotros, cien años después. Por ello, aunque parezca que en Lima siempre se habla mucho de ella: se escribe la ciudad, se le canta, se come y se bebe limeñamente, aún falta mucho, mucho hasta que hablen los 8 millones y medio de seres que la habitan, mucho para que nuestros íconos vayan más allá del vals, el tamal o el suspiro.
¿Dónde caben 478 años de historia?, ¿cómo narrar la proliferación incesante?, cómo decir que fueron en un principio solo setenta, que contruyeron apenas 36 casas, que estableciendo el lugar exacto donde edificar la Catedral, el Palacio de Gobierno y la Municipalidad iban a establecer las huellas de nuestro pasado, a ponerle coordenadas a nuestros recuerdos, iban a ayudar a quienes estamos lejos a desear, en estos tiempos, la calidez de tantos eneros. 

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