mercredi 14 novembre 2012

La Chartreuse de Bordeaux o la poética de los cementerios


¿Cuál es la altura de una tumba? ¿Qué historias provoca la muerte? ¿Por qué se le elevan tantos monumentos? Para hacerla vivir, acaso por nuestra manía de armar historias y adornar finales (por eso, seguro, se le llevan también flores), de renovar las ganas cuando todo ha terminado, por nuestro extraño gusto de volver a empezar.
Flora Tristan murió el 14 de noviembre de 1844 en Bordeaux. Desde el 24 de septiembre estuvo enferma, grave, sin salir de casa de unos amigos en el número 13 de la rue Bahutiers. ¿Qué había venido a hacer a esta ciudad la eterna parisina? Viajó por lo que vale la pena hacer todos los viajes, por una pasión. Venía a entrevistarse con el gremio de carpinteros, a difundir sus ideas socialistas, a llamar a la paz, a la organización y a la unidad de los obreros. Llamaba también a todas las mujeres a unirse a este gran proyecto, las mujeres de toda condición social, silenciadas por la Iglesia y el Estado, “a las mujeres: obreras todas”.
Hacía siete años que su tío peruano en Bordeaux no quería recibirla, desde que ella había escrito Pérégrinations d`une paria donde hablaba del Perú conservador, de la clase alta sorda y su eterna corrupción. La policía le seguía los pasos, husmeaba en los hotelitos en los que se hospedaba. Los libreros no querían ya vender sus libros por miedo a que sus locales se llenasen de obreros revoltosos. Ella seguía buscando entrevistas y palestras donde difundir sus ideas, seguía viajando.
Muchas veces las historias se escriben tras algún final. Flora quiso que su cuerpo fuera entregado a la ciencia, sin embargo tuvo exequias, entierro, tumba perpetua, monumento, placas recodatorias, y ahora, homenajes de los habitantes de aquel singular país del sur que suele nombrarla franco-peruana cuando, en su tiempo, a la palabra extranjera solo le seguía otro calificativo: paria.
Es muy fácil inspirarse en los cementerios, nos invitan a reconstruir historias, a pensar en las muchas vidas que se pueden crear a partir de una sola muerte, a pretender levantar lo que yace extendido. ¿Cuál es tu altura, Flora, viajera del tiempo?


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