El 18 de octubre de 1922 se publica en la sección 'Literaturas extranjeras' de Le
Gaulois (Paris, 1868- 1929), diario literario y político, un artículo a propósito de Gabriela Mistral que intenta explicar el origen de la literatura escrita por mujeres en los países de hispanoamericanos y, para ello, evoca las veladas literarias limeñas. Es cierto que la orientación conservadora del autor, y al parecer de la publicación, intenta despolitizar a esta generación de escritoras haciéndolas ver sólo como las salonnières de América del Sur. En todo caso, el texto llama la atención por la precisión de la información y por todos los nombres que se conocían y se divulgaban aún durante las primeras décadas del siglo XX. Llama la atención también la alusión a las veladas de Carolina Freyre de James de las que, a decir verdad, no tenía información.
He transcrito y traducido sólo un fragmento del artículo. He dejado para más adelante la parte dedicada a la literatura chilena del mismo periodo. A continuación las dos versiones.
Literaturas extranjeras
Letras neohispánicas
Gabriela Mistral y la literatura femenina en América del Sur
Un gran viaje por los
países de América del Sur de lengua española llevado a cabo por
una poeta chilena, Gabriela Mistral, acaba de llamar la atención
sobre la literatura femenina en la América española. Es muy
agradable que, de tiempo en tiempo, la actualidad atraiga de esta
manera nuestras miradas hacia regiones más alejadas, por lo general,
geográfica que intelectualmente; nos damos cuenta de esta manera que
el círculo de nuestras amistades es menos restringido de lo que
nosotros creíamos en un inicio, expandimos nuestro horizonte y nos
acercamos significativamente a esta simpatía universal hacia la cual
tiende el ideal de personas sensatas.
No es hace más de cincuenta años, y sobre todo en las regiones occidentales, que la mujer sudamericana ha desarrollado su gusto por las letras. Este gusto no se ha manifestado previamente, como en Europa del norte, por prédicas femeninas en favor de una religión social o de alguna otra aspiración redentora más o menos etérea y nebulosa. El movimiento literario femenino, en estos países cálidos, ha nacido de un refinamiento mundano a semejanza del preciosismo francés que se desarrolló en el siglo XVII. Es necesario situar en la ciudad de Lima el origen de esta eclosión literaria. Es en esta capital peruana, que, hace cincuenta años más o menos, en los salones de la calle Urrutia, Juana Manuela Gorriti creó las veladas literarias, famosas en la historia de la intelectualidad femenina sudamericana. Al recuerdo de estas reuniones, se encuetra ligado el nombre célebre de Mercedes Cabello de Carbonera la autora de notables estudios sobre « La novela moderna », La religión de la Humanidad » y « El conde Leon Tolstoi » y ya consagrada por la burguesía; al mismo círculo, por otro lado, pertenece Clorinda Matto de Turner quien fue directora, en la misma de Lima, de un periódico literario El Perú Ulustrado, de un periódico político Los Andes y, más tarde en Buenos Aires, de Bucaro Americano, dejó además muchos dramas y novelas de costumbres incaicas.
Las veladas de Carolina Freyre de Jaimes, que frecuentaba Maria Natividad Cortés, vinieron pronto a contraponerse, emulación cortesana, de aquellas de la calle Urrutia, de la misma forma que en la Francia del siglo XVII: los martes de la vizcondesa de Auchy contra la de los sábados de la señorita de Scudéry.
Es después de la aparición de estos salones literarios que hemos visto crecer en el Perú la actividad intelectual femenina. La educadora Teresa Gonzalez de Fannnig, las poetas Lastenia Larriva de Llona, Carmen Perea, Maria Rosa Lisson- varios de cuyos poemas fueron musicalizados por el abad Perosi- las sociólogas consagradas, Elvira García y García, Zoila Aurora Cáceres, estos son los nombres más distinguidos de una simpática pléyade.
B. Le Clerc de
la Herverie
Littératures étrangères
Lettres neo-hispaniques
Mme Gabriela Mistral et la littérature
féminine en Amérique du Sud
Un grand voyage entrepris
dans les pays sud-américains de langue espagnole par une poétesse
chilienne, Mme Gabriela Mistral, vient d'appeler l'attention sur la
littérature féminine dans l'Amérique espagnole. Il est fort
heureux que, de temps en temps, l'actualité attire ainsi nos regards
vers certaines contrées souvent plus éloignées de nos
géographiquement qu'intellectuellement ; nous nous rendons
compte alors que le cercle de nos amitiés est moins restreint que
nous ne croyions d'abord, nous élargissons notre horizon et nous
approchons davantage de cette universelle sympathie vers laquelle
tend l'idéal des honnêtes gens.
Ce n'est guère que depuis une cinquantaine d'années, et dans les régions occidentales surtout, que la femme sud-américaine a développé son goût des belles-lettres. Ce goût ne s'est point manifesté d'abord, comme dans l'Europe du Nord, par des prêche féminins en faveur d'une religion sociale ou de quelque autre aspiration rédemptrice plus ou moins éthérée, sinon nébuleuse. Le mouvement littéraire féminin, dans ces pays ensoleillés, est né d'un raffinement mondain, à l'instar de la préciosité française qui s'épanouit au dix-septième siècle. Et il semble bien que l'on puisse situer dans la ville de Lima l'origine de cette éclosion littéraire. C'est en cette capitale péruvienne que, il y a cinquante ans environ, dans ses salons de la rue Urritia, Mme Juana Manuela Gorriti créa des veillées littéraires qui demeurent fameuses dans l'histoire de l’intellectualité féminine sud-américaine. Au souvenir de ces réunions se rattache le nom célèbre de Mme Mercedes Cabello de Carbonera, l'auteur de fortes études sur « Le roman moderne », « La Religion de l'Humanité », « Le Comte Léon Tolstoi », et c'est déjà une caution fort bourgeoise ; au même cercle d'ailleurs appartint Mme Clorinda Matto de Turner, qui fut directrice, à Lima même, du journal littéraire El Peru Ilustrado, du journal politique Los Andes, et, plus tard, à Buenos-Ayres, du Bucaro Americano, et laissa plussierus drames et romans de mœurs incaiques.
Les soirées de Mme Carolina Freyre de Jaimes, où fréquentait Maria Natividad Cortes, vinrent bientôt s'opposer, émulation courtoise, à celles de la rue Urrutia, tout comme en France, au dix-septième siècle, les mardis de la vicomtesse d'Auchy s'opposaient aux samedis de Mlle de Scudéry.
C'est après l'apparition de ces salons littéraires que nous voyons grandir au Pérou l'activité intellectuelle féminine. L'institutice Teresa González de Fanning, les poétesses Lastenia Larriva de Llona, Carmen Perea, Maria Rosa Lisson- dont maints poèmes furent mis en musique par l'abbé Perosi- les sociologues averties, Elvira Garcia y Garcia, Zoila Aurora Caceres, tels sont les noms les plus marquants d'une gracieuse pléiade.
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